VorMel...

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Se considera que el origen la literatura gótica se sitúa en Gran Bretaña, en particular durante el Romanticismo. Sin embargo, la primera aparición del término -gótico-, tiene lugar cuando el escritor Horace Walpole lo ubica como subtítulo en su obra El castillo de Otranto: Una historia gótica.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Relatos de sangre y misterio, de Arthur Conan Doyle

Los académicos especialistas en literatura gótica no suelen considerar, por lo general, la obra de Arthur Conan Doyle como "gótica" sino que más bien la encasillan en una pre-novela negra, de tramas detectivescas y de misterio.

De la complejidad de considerar a Sir Arthur como escritor gótico ya hablamos en esta entrada:  pero, por otro lado, habría que considerar notables excepciones como "El Sabueso de los Baskerville" y el libro que acabo de terminar, "relatos de sangre y misterio".

 "Pienso" que se trata de una compilación "de editorial" de relatos cortos, es decir, no prevista por Conan Doyle sino que sería alguna editora la que decidiría unirlos en un sólo volumen. Y confieso que, en este punto, he tenido muchas dudas pues, por un lado, la Wikipedia incluye este libro como formando parte de la obra del autor, bajo el título "Tales of terror and mistery", publicado en 1923, pero no así la propia Wikipedia bajo la voz "Arthur Conan Doyle bibliography", donde ni siquiera la nombra en el apartado de relatos cortos (Short story collections). De ahí mi opinión de que sea una "compilación de editorial", además de por el hecho de que, aunque los relatos tienen algo en común (historias de misterio aparentemente inexplicables), sin embargo, se nota que es una compilación "artificial". Pero, como sigo teniendo dudas, si algún amable lector tiene otra información, le agradecería mucho que la compartiera conmigo.

 Las historias que contiene son:
  • El tren especial desaparecido, 
  • El cazador de escarabajos, 
  • El hombre de los relojes, 
  • La caja lacada, 
  • El doctor negro, 
  • El racional del judío, y 
  • La habitación de pesadilla. 
El problema de calificar como "gótica" cualquier obra de Arthur Conan Doyle se debe a que, al final, todo tiene solución racional. Ya puede describir un castillo fantasmal, una abadía en ruinas, un sabueso que surge en el páramo con niebla, un toque de erotismo larvado (o sin larvar), un antiguo manuscrito que su descubrimiento cambiará para siempre la vida de los protagonistas... finalmente, los fantasmas, monstruos o desapariciones tienen una explicación y una explicación muy racional del tipo "dos y dos son cuatro". Es por ello que, insisto, los especialistas en goticismos (esos señores tan serios y tan graves, que deciden qué novelas son góticas y cuáles quedan excluidas de tan selecto club y que, periódicamente son invitados a las Semanas Góticas de Turín, Madrid o de la capital de Benin Dahomey para hablar -al lado de los editores- de sus libros y revistas y que, sin duda, deben ser calificados de "góticos").

¡Pues no señora! Si hay algo que llevo defendiendo en este blog desde el principio es que, salvando una serie de elementos básicos, es uno mismo, atendiendo a las sensaciones que le provoca la novela en cuestión, quién debe decidir sobre su goticidad. No es fácil, pero resulta muy interesante. Y, sobre todo, basta ya de pretender elevar a la novela gótica a los ámbitos universitarios y académicos para darla un pretendido prestigio porque lo gótico, o es popular, o no es. De la aristocracia, señora, nos quedamos únicamente con su estética y sólo si, finalmente, condes duques y barones se alimentan de sangre, pactan con el Diablo, o son presas de una eterna juventud, mientras esconden afanosamente el retrato de su alma.

Pero creo que me he ido un poco del tema... Volviendo a los relatos de sangre y de misterio, ¿por qué sospecho que tienen elementos góticos tan potentes? Pues, sencillamente, porque en el desenvolvimiento de la acción, el magistral Sir Arthur lleva al lector a una situación de misterio, de temor, de "uncunny" (tráeme la rebequita que me la echo por los hombros). Sea por el caserón donde tiene lugar la acción, sea porque en el corazón de Inglaterra la niebla se levanta y el lector parece visualizar como avanza, sea porque inicialmente nuestra razón no ve otra salida que afirmar que el embrollo se debe a un ser fantasmal... sea por lo que sea, estas obritas están impregnadas de goticismo. De acuerdo con que, finalmente, todo tiene una explicación racional, pero es el desarrollo lo que deseo remarcar. ¿Quién dijo que, muchas veces, en la vida lo que importa no es el destino sino el camino?

Algunos echarán de menos un fantasma, vampiro o monstruo espectral pero, como decía Joseph Conrad "la creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria; el hombre por sí mismo es capaz de cualquier maldad".

No voy a hacer un resumen de los relatos contenidos en el libro pues, cualquier comentario en ese sentido, podría estropear su lectura. Eso sí, de todos ellos, deseo recomendar especialmente el de "la caja lacada" pues creo que es en el que más fácilmente se puede percibir las notas que antes voy comentando.

Saludos y buen fin de semana.

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